JORGE MAESTRE. PEDAGOGO Y PROFESOR DE YOGA"La experimentación del yoga estimula la creatividad de los niños"
TEXTO DE J. AGUADO/FOTO DE ANTONIO AMORÓSEchemos un poco la vista atrás. ¿Cuándo comienza su interés por la práctica del yoga?Comencé a practicar hace unos 15 años, aunque soy profesor sólo desde hace cuatro. Fue algo casual. Antes corría mucho y buscaba un deporte más completo y relajado, aunque tardé poco en darme cuenta que era algo más que un deporte.
¿Cómo llega hasta la idea de aplicar una disciplina como es el yoga a algo tan impredecible como un niño?La idea parte de la experiencia que tuve en un colegio hace unos años. Ya tenía la formación como profesor de yoga y me pareció todo un reto aplicarlo a la pedagogía infantil, que es especial de por sí. Al pensarlo me di cuenta de que el lenguaje del yoga era algo bastante sencillo, directo e intuitivo y muy fácil de explicar a los niños y decidí trabajar sobre ello al observar varios puntos en común.
¿Y cuáles serían estos puntos en común entre el deporte y la educación infantil?Por un lado, está el tema del desarrollo de la creatividad, que es muy importante. Es una particularidad del yoga y del trabajo con niños, un punto en el que se dan la mano. Esto me trae a la mente una cita del maestro Marcelli, un destacado personaje en el mundo del yoga, que dijo: "El yoga está por terminar", aunque es una tradición milenaria. Siempre se puede experimentar, y eso a los niños les hace sentirse creativos. Además, ellos se acercan sin prejuicio alguno, algo que a los mayores les cuesta un poco.
¿No es por esos prejuicios que quizás sea más duro enseñar yoga a los adultos?Pues ahora que lo comentas, el otro día una compañera me decía que estaría bien aplicar parte de la metodología que empleo en el libro en las clases con adultos. Y estaría bien, ya que se conseguiría un grado de desinhibición y de vuelta a la inocencia, aunque no se podría emplear todo, claro, ya que en el libro empleo la técnica del cuento infantil para llegar de una manera más fácil.
¿Tiene alguna anécdota relacionada con los niños?Por supuesto. Con el libro recién publicado, en una de mis clases para mayores, una alumna vino con sus hijas pequeñas y preguntó si se podían quedar. Sugerí que sí, y que podían incluso intentar hacer alguna de las posturas. Al rato, advertí que estaban haciendo algo distinto a nosotros y al ir a comprobar, una leía el libro mientras la otra probaba las posturas. También alguna madre que conozco del ámbito educativo me ha dicho que ha puesto en práctica las lecciones del libro con sus hijos, y estoy muy satisfecho.
Trabajó con niños con discapacidad durante mucho tiempo. ¿Tiene en mente aplicar la enseñanza del yoga en este campo?Ya lo experimenté, y me gustaría volver sobre ello, porque fue una experiencia muy bonita y muy gratificante para mí y estimulante para los niños. Trabajé hace algunos años con chicos con un grado de discapacidad entre medio y alto y muchos se metieron en la dinámica. Por poner un ejemplo, los niños con autismo alcanzaban un gran nivel de concentración mientras hacían yoga. Cuando tenga algo de tiempo me gustaría investigar un poco más, porque es un campo muy interesante.
¿Tienes algún otro proyecto pedagógico en marcha ahora mismo?Estoy terminando un texto sobre educación afectiva con una compañera, cuando tengo algunos ratos.
Después de tres libros didácticos, ¿no le tienta publicar ficción pura y dura?Pues sí y, para ser sincero, algo de eso tengo escrito y sigue inédito. Tengo algunas cosas presentadas a concurso y otras con las que me quiero arriesgar, a ver si me publican.
Fuente original:
Diario Información